lunes, 14 de mayo de 2012

ATRAPADOS EN EL NO VIENTO

12 de mayo de 2012

Son las 20:00 horas en el reloj de bitácora del barco. Navegamos frente a un cuadro dibujado por altas agujas cuadradas que apelotonadas y saliendo violentas del suelo intentan ganar en altura a las suaves montañas de su alrededor. Es la ciudad de Benidorm, de tierra de Babel, de dinero, de sangría, de castañuela y de olé.



Todavía nos queda más de una hora de navegación hasta llegar a nuestra siguiente singladura, Altea. Esta mañana durante el desayuno hemos estado valorando la ruta a seguir. El no viento se ha instalado en nuestras intenciones de dar el salto desde la península a Baleares. Nuestra idea es atrapar vientos de levante cercanos a la costa para poder avanzar hacia el norte a vela, esperando con ello la aparición de suspiros de Eolo, Eros para Mariaje, que nos sean favorables por la mañana.
De momento las previsiones esperadas no se han cumplido. El sordo ronroneo del motor nos acompaña desde nuestra salida del Puerto Deportivo de Santa Pola, como si de un tripulante molesto se tratara.

Nuestra huella ecológica en este viaje está siendo importante por la cantidad de combustible que estamos utilizando. No era en ningún caso lo deseado, pero la mala gestión que de nuestro bien más preciado, el viento, está haciendo Eolo, nos obliga a seguir utilizando la materia contaminante y molesta.
Nuevos cambios acontecen en la tripulación. Ayer se incorporó nuevamente uno de los Javis, que vía París, Madrid, Santa Pola, llegó ayer sobre las 01:00 horas al barco. A su vez a su misma hora dijimos hasta pronto a Jon y Ernesto, que regresaban a Pamplona. Bonitos han sido los ratos vividos con esta pareja de marinos. Agradable su compañía. Esperamos volver a coincidir en futuras singladuras.

El otro Javi cumplió ayer los años. Para celebrarlo nos pasamos por la lonja de pescadores y nos hicimos con un par de colas de merluza y una ingente cantidad de gambas. Con buen humor lo preparamos todo a bordo del Victoriano y dimos cuenta de estos frutos del mar y de la tierra, estos últimos en forma de dos botellas de vino blanco.

La tripulación desembarcó con la promesa al marino que quedó de guardia en el Victoriano, que no pasarían de la primera cantina del puerto… obviamente esta promesa no se cumplió, aunque tampoco se desató la furia del mar en tierra, y pudieron regresar sanos y sana nuevamente al barco.

El sol ya se ha puesto tras la costa. El mar está como le gusta a Mariaje, un pelín agitado pero no revuelto. La velas ya están recogidas y poco a poco vamos tomando el rumbo hacia la enfilación de la entrada del puerto de Altea. La tranquilidad reina a bordo mientras vemos un bonito atardecer. Todo parece ralentizado, y hasta a el sol parece hoy que le está costando un poco más. Hasta mañana sol.

Cierre del cuaderno de bitácora cuando son las 19:00 UTC.

No hay comentarios:

Publicar un comentario